Dále al PLAY 🙂

Sorprendentemente, aún recuerdo el olor a incienso… el sonido de las grandes y pesadas hojas del platanero mecerse por el viento… recuerdo perfectamente la sensación del agua tibia del océano filtrase entre mis dedos y como las corrientes marinas acariciaban mi cintura, los gritos de los niños y sus “¡Hi!” vestidos de uniforme… las sonrisas… esas sonrisas… son Bali.
Me emociono con solo recordar que ya hace más de una semana que he vuelto de Indonesia y tengo un nudo en la garganta. Me cuesta respirar cuando pienso que con el tiempo, quizás, todas estas sensaciones que ahora siento tan frescas puedan llegar a desvanecerse.
Bajar las colinas en moto, sin casco, sin carnet con el viento en la cara y la cara en el viento. Inspirar ese olor a mar que despierta todos los sentidos. Sonreír al ver las gallinas histéricas cruzar la calle con sus intentos de alzar el vuelo para salvar su trasero.
La verdad es que al pensar en escribir el post de Bali tenía en mente pautar cada día, comentar los “must” a visitar si se viaja a este país, las cosas que debes saber antes de pisar tierra Balinesa… pero de entre todos los templos que he visto, selvas con las que me he peleado y comerciantes con los que he regateado me quedo con esta sensación de paz interior.
Hay un trozo de la película de Amelie que leí a la vuelta y me trasladó 12.517km de vuelta a Indonesia, dice así:
“Amelie tiene de repente la extraña sensación de estar en total armonía consigo misma, en ese instante todo es perfecto, la suavidad de la luz, el ligero perfume del aire, el pausado rumor de la ciudad. Inspira profundamente y la vida ahora le parece tan sencilla y transparente que un arrebato de amor, parecido a un deseo de ayudar a toda la humanidad la empapa de golpe.”
Os prometo que lloré, sí, lloré al verse poner el sol desde el Balangan Cliff, lloré volviendo a casa en moto después de la clase de yoga, lloré la última noche entre las sábanas de la preciosa Maha Residence Guest House.
No sabéis como echaba de menos la sensación de emocionarme con un “Terima Kasih” (con un simple “gracias”). La paz que encontraba recorriendo senderos desconocidos en moto, sorprendida porque en cada curva, me esperaban vistas mejores… la sensación de estar sola solísima en una playa preciosa, sin ningún guiri (como yo) a la vista.

En Bali, la gente local no te pregunta “¿Cómo estás?” te preguntan “¿Adónde vas?” La primera vez que me preguntaron esto me quedé empanada – ¿Qué hacía dónde voy? – y para mis adentros pensaba que esa dependienta me habría confundido con una compradora asidua. Días después me contaron que es eso lo que se pregunta aquí cuando entras en un comercio u comes en un restaurante… “¿Adónde vas?” eso me pregunto yo y ¿sabéis qué? no sabría qué contestar.
Reframe: I won’t always know where I’m going – but I can always know whether I’m going in the right direction (Design Your Life by Bill Burnet & Dave Evans)
Ya al comenzar el 2017 me marqué una serie de objetivos y entre ellos estaba hacer un viaje inolvidable… Dios mío, solo anoté uno en la lista y ahora muero por volver a revivir las sensaciones, recuerdos y experiencias que Bali me ha regalado.
¡Qué fuerte es! Que las cosas que llenan en esta vida son gratis amigos míos, ya lo has leído bien, ¡¡¡GRA-TIS!!! Me encantaría pensar que todos tenemos la misma sensibilidad al contemplar embobados como se esconde el sol detrás del gran océano, la libertad que implica estar en una sociedad en la que de ninguna de las maneras te invita al consumismo continuo llenando tu vida de falsas necesidades básicas, una sociedad en la que el entorno te invita a la contemplación y la gente a la amabilidad con el prójimo. ¿Puede uno amar a un completo extraño con solo contemplar una mirada bondadosa?
Tengo ganas de escribir más sobre Bali, experiencias más concretas. Estoy preparando también un vídeo, me muero de ganas de terminarlo.
Comparto algunas fotos.
Tengo muchas ganas de volver (por si no ha quedado claro).











Como siempre, has conseguido trasladarme, aunque sea un poquito, a esas playas y selvas Balinesas. Poco me ha faltado para sentir la arena en los pies con la fotografía de la puesta se sol.
Post estupendo Laura!!! Mil ganas de que nos cuentes más y de ver el vídeo!!!
Pd: en unos años vuelves, pero conmigo!!!!!! 💕
Jajaja me encantaría Cris! Que bien que te haya gustado leerlo de verdad! Un besito enorme 👸🏻
Alucina me dejas con tu blog…me encanta lo que has escrito de Bali y me apasionan las fotos!ojala algún día hagamos uno de estos viajes juntas!
¡Qué ilusión que te guste! ¿Sabes qué lo pensé? ¡Lo de hacer un viaje similar juntas! ¡Estoy segura de que nos entenderíamos de maravilla! Ya sabes… yo tengo una lista de destinos muy interesante… jejeje ✈️