Domingo, 16 Noviembre 2014:
Hace mil que no escribo… lo sé… tengo mis lugares para escribir, lugares donde me inspiro, donde estoy cómoda y dejo a mis pensamientos surgir sin miedo alguno. Aún no he encontrado este rincón en la nueva casa, tiempo al tiempo…
Domingo, noche, el viento sopla fuerte por la ventana, oigo las ramas del olivo mecerse…
Mañana empieza otra semana, lunes, 6:30 ya estaré en pie dispuesta a comerme el mundo. Me gustan los lunes… no me preguntes porqué.
Ayer intenté escribir al llegar a casa, no conseguí cerrar un post. Hoy, escribo para mi.
Esta tarde he estado paseando por la mágica y preciosa dueña de mi corazón, Barcelona. Charlando de la vida y de mis pensamientos, mis valores, mis creencias con un amigo. LISTEN. Contrarrestar las opiniones, identificarse o no con la respuesta del otro y entre pensamiento y pensamiento, yo, miro embobada las luces de la ciudad y deseo con todas mis fuerzas que se enciendan ya las mágicas bombillas que envuelven el corte ingles cual paquete navideño.
Recuerdo mi paseo por Las Ramblas del miércoles:
Recuerdo dirección puerto, mirando a la gente directamente a los ojos como si yo fuera invisible, con una sonrisa de estúpida en la cara, caminaba cargada y extra abrigada como si estuviéramos bajo cero. Observo a una pareja de abuelitos cogidos de la mano y pienso: deseo una vejez acompañada con mi mejor amigo, con el cuál habré compartido todas las experiencias habidas y por haber, con el que inventaré un nuevo concepto de amor que nadie nunca habrá experimentado antes. A una chica se le cae una tarjeta del monedero, otro va tras ella tarjeta en mano a devolvérsela y pienso que el mundo no esta tan mal como lo pintan las noticias. Que no todo se queda en homicidios, maltratos, fraudes y mentirosos, que hay gente buena y que “la vida es chula”, que tienes que ir con la cabeza levantada por la calle y no mirando todo el día al suelo, porque, si miras al suelo, princesa, la corona se cae.
Piano, “How to build a home”… y mi estación favorita, el Otoño. Y sigo bajando las ramblas. Las tiendas de souvenires quedan atrás junto con el olor a gofres y chocolate caliente, ya estamos en las ramblas de las flores, semillas, ramos preciosos, colores y más colores llenan las aceras, el gentío de La Boquería llega a mis oídos y pasos más adelante cambia otra vez el olor, ya estoy entre los oleos de los artistas. Me paro, observo al que se siente observado, al chico del taburete el cual probablemente esta deseando que el pintor sea más rápido con el pincel porque se esta congelando ahí tan quieto, sonrío otra vez.
Ya a lo lejos veo a mi amigo Colón, siempre indicando al horizonte y esta vez, al sol que se esconde detrás de Montjuïc. Colores estridentes envuelven el cielo, corro hacia el puente porque no quiero perderme la puesta de sol.
Aquí estoy, despidiéndome del día, gaviotas estresadas sobrevuelan mi cabeza… se hace tarde.
Ya en el tren, off to the countryside como le llamo yo. Salgo de la estación, esta vez es Cold Water de Damien Rice que inunda mis oídos, un escalofrío recorre todo mi cuerpo, me toca caminar 15 minutos hasta llegar a casa. Llevo el ritmo de la ciudad en los pies ¿por qué corro? ¿acaso tengo prisa?. Aquí todo es más sosegado. Se respira calma. Me apetece uno de esos días perfectos para tumbarse sobre la hierba y jugar a imaginar formas en las nubes. Un día para olvidar el estrés que supone el CARPE DIEM, un día para olvidar la famosa frase d Buddha << el problema es que creen tener tiempo >>, un día para ver como pasa el tiempo y no pensar que esta pasando. Un día para saborear los pequeños placeres de la vida…